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Es una acumulación de sangre entre la cubierta del cerebro (duramadre) y la superficie del cerebro.
Causas
Un hematoma subdural es a menudo el resultado de un traumatismo craneal grave. Este tipo de hematoma subdural se encuentra entre el más letal de todos los traumatismos craneales. El sangrado llena la zona cerebral rápidamente, comprimiendo el tejido cerebral. Esto a menudo ocasiona traumatismo craneal y puede llevar a la muerte.
Con cualquier hematoma subdural, las pequeñas venas que están entre la superficie del cerebro y su cubierta externa (la duramadre) se estiran y se rompen, permitiendo que la sangre se acumule. En adultos mayores, las venas a menudo ya se han estirado debido al encogimiento cerebral (atrofia) y se lesionan más fácilmente.
Un hematoma subdural crónico se observa con más frecuencia en los adultos mayores. Este tipo de hematoma subdural puede deberse a sangre que persiste después de una lesión aguda o al resultado de una fuga lenta de sangre. Estos pueden ocurrir después de un traumatismo craneal menor y pueden pasar desapercibidos por muchos días.
Algunos hematomas subdurales ocurren sin causa (espontáneamente).
Los siguientes factores incrementan el riesgo de sufrir un hematoma subdural:
- Medicamentos anticoagulantes (como warfarina o ácido acetilsalicílico [aspirin])
- Consumo prolongado de alcohol
- Afecciones médicas que provocan que su sangre no coagule correctamente
- Traumatismo craneal repetitivo, como derivado de las caídas
- Ser muy joven o de muy avanzada edad
En bebés y niños pequeños, un hematoma subdural puede ocurrir después de sufrir abuso infantil y comúnmente se ven en una afección llamada el síndrome del niño maltratado.
Síntomas
Dependiendo del tamaño del hematoma y del lugar en donde ejerce presión sobre el cerebro, se puede presentar cualquiera de los siguientes síntomas:
- Somnolencia, confusión o coma
- Disminución de la memoria
- Problemas para hablar o deglutir
- Dificultad con el equilibrio o la marcha
- Dolor de cabeza
- Convulsiones o pérdida del conocimiento
- Náuseas y vómitos
- Debilidad o entumecimiento
- Problemas de visión
- Cambios de comportamiento o psicosis
En bebés, los síntomas pueden incluir:
- Fontanelas abultadas (los puntos blandos en el cráneo del bebé)
- Suturas separadas (las áreas en donde se unen los huesos del cráneo a medida que crecen)
- Dificultades en la alimentación
- Convulsiones
- Llanto agudo, irritabilidad
- Aumento del tamaño de la cabeza (circunferencia)
- Aumento de la somnolencia o letargo
- Vómito persistente
Pruebas y exámenes
Consiga ayuda médica de inmediato después de un traumatismo craneal. No se demore. Los adultos mayores deben recibir atención médica si muestran signos de problemas de memoria o deterioro mental, incluso si no parecen haber sufrido una lesión.
Su proveedor de atención médica preguntará sobre su historial médico. Su examen físico incluirá una revisión cuidadosa de su cerebro y sistema nervioso para detectar problemas con:
- Equilibrio
- Coordinación
- Funciones mentales
- Sensación
- Fuerza
- Marcha
Si hay cualquier sospecha de un hematoma, se realizará una prueba por imágenes, como una TC o un escaneo de IRM.
Tratamiento
Un hematoma subdural es una situación de emergencia.
Para reducir la presión dentro del cerebro, se puede requerir una cirugía de emergencia. Esto puede comprender la perforación de un pequeño agujero en el cráneo para drenar la sangre y aliviar la presión en el cerebro. Puede ser necesario extraer los hematomas grandes o los coágulos sólidos de sangre a través de un procedimiento llamado craneotomía, con el cual se crea una abertura más grande en el cráneo.
Los medicamentos que se pueden emplear dependen del tipo de hematoma subdural, de la gravedad de los síntomas y de la magnitud del daño cerebral que haya ocurrido. Los medicamentos pueden incluir:
- Diuréticos (a menudo administrados por vía intravenosa) y corticosteroides para reducir la hinchazón
- Medicamentos anticonvulsivos para prevenir o controlar las convulsiones
Expectativas (pronóstico)
El pronóstico depende del tipo y ubicación del traumatismo craneal, del tamaño de la acumulación de sangre y de la rapidez con que se inicie el tratamiento.
Los hematomas subdurales agudos presentan altas tasas de muerte y traumatismo craneal. Los hematomas subdurales crónicos tienen mejores resultados en la mayoría de los casos. Los síntomas a menudo desaparecen después del drenaje de la sangre acumulada. Algunas veces se necesita fisioterapia para ayudar a la persona a volver a su nivel normal de funcionamiento.
A menudo, las convulsiones pueden ocurrir cuando se forma un hematoma subdural, o hasta meses o años después del tratamiento. Pero los medicamentos pueden ayudar a controlarlas.
Posibles complicaciones
Las complicaciones que se pueden presentar incluyen:
- Hernia cerebral (presión sobre el cerebro tan intensa que causa coma y muerte)
- Síntomas persistentes, tales como pérdida de la memoria, mareos, dolor de cabeza, ansiedad y dificultad de concentración
- Convulsiones
- Debilidad temporal o permanente, entumecimiento, dificultad para hablar
Cuándo contactar a un profesional médico
Un hematoma subdural es una emergencia médica. Llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos) o vaya a la sala de urgencias después de un traumatismo craneal. No demore.
A menudo, las lesiones de la columna acompañan los traumatismos craneales, de tal manera que trate de inmovilizar el cuello de la persona, en caso de que tenga que moverla antes de que llegue la ayuda médica.
Prevención
Siempre utilice equipo de seguridad en el trabajo y el juego para reducir el riesgo de un traumatismo craneal. Por ejemplo, use sombreros duros, cascos protectores para moto o bicicleta, al igual que cinturones de seguridad. Las personas mayores deben ser particularmente cuidadosas con el fin de evitar caídas.
Nombres alternativos
Hemorragia subdural; Lesión cerebral traumática - hematoma subdural; TBI - hematoma subdural; Traumatismo craneal - hematoma subdural
Instrucciones para el paciente
Referencias
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Ultima revisión 6/13/2024
Versión en inglés revisada por: Joseph V. Campellone, MD, Department of Neurology, Cooper Medical School at Rowan University, Camden, NJ. Review provided by VeriMed Healthcare Network. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.