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Se presenta cuando no llega suficiente oxígeno al cerebro. El cerebro necesita un suministro constante de oxígeno y nutrientes para funcionar.
La hipoxia cerebral afecta las partes más grandes del cerebro, llamadas hemisferios cerebrales. Sin embargo, el término con frecuencia se utiliza para referirse a la falta de suministro de oxígeno en alguna parte o en todo el cerebro.
Causas
En la hipoxia cerebral, en ocasiones solo se interrumpe el suministro de oxígeno. Esto puede ser causado por:
- Inhalar humo (inhalación de humo), como sucedería durante un incendio
- Intoxicación con monóxido de carbono
- Asfixia
- Enfermedades que impiden el movimiento (parálisis) de los músculos de la respiración, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
- Grandes alturas
- Presión (compresión) sobre la tráquea
- Sofocamiento
En otros casos, se detienen tanto el suministro de oxígeno como de nutrientes, causado por:
- Paro cardíaco (cuando el corazón deja de bombear)
- Arritmia cardíaca (problemas de ritmo cardíaco)
- Complicaciones de anestesia general
- Ahogamiento
- Sobredosis de drogas
- Lesiones a un recién nacido que ocurrieron antes, durante o poco después de nacer, como parálisis cerebral
- Convulsiones prolongadas (estado epiléptico)
- Accidente cerebrovascular
- Presión arterial muy baja
Las células del cerebro son extremadamente sensibles a la falta de oxígeno. Algunas de estas comienzan a morir menos de cinco minutos después de interrumpirse el suministro de oxígeno. Como resultado, la hipoxia cerebral puede causar rápidamente la muerte o daño cerebral grave.
Síntomas
Los síntomas de la hipoxia cerebral leve incluyen:
- Cambio en la atención (distracción)
- Falta de capacidad de discernimiento
- Trastorno del habla
- Movimientos descoordinados
- Estado de inconsciencia y falta de reacción total (coma)
- Ausencia de la respiración
- Ausencia de respuesta de la pupila del ojo a la luz
Pruebas y exámenes
La hipoxia cerebral usualmente se puede diagnosticar con base en la historia clínica y un examen físico de la persona. Se hacen exámenes para determinar la causa de la hipoxia y estos pueden incluir:
- Angiografía del cerebro
- Pruebas de sangre, que incluyen gasometría arterial y niveles de químicos en la sangre
- Tomografía computarizada de la cabeza
- Ecocardiografía, la cual utiliza un ultrasonido para ver el corazón
- Electrocardiografía (ECG), una medición de la actividad eléctrica del corazón
- Electroencefalografía (EEG), un examen de las ondas cerebrales que puede identificar convulsiones y mostrar qué tan bien funcionan las neuronas
- Potenciales evocados, un examen para determinar si ciertas sensaciones, como la visión y el tacto, llegan al cerebro
- Resonancia magnética (RM) de la cabeza
Si solo permanecen la presión arterial y la actividad cardíaca, el cerebro puede estar completamente muerto.
Tratamiento
La hipoxia cerebral es una afección de emergencia que requiere tratamiento inmediato. Cuanto antes se restablezca el suministro de oxígeno al cerebro, más bajo será el riesgo de daño cerebral grave y de muerte.
El tratamiento depende de la causa de la hipoxia. Lo más importante es la reanimación cardiopulmonar básica. El tratamiento involucra:
- Asistencia respiratoria (ventilación mecánica) y oxígeno
- Controlar el ritmo y la frecuencia cardíaca
- Líquidos, hemoderivados o medicamentos para elevar la presión arterial si está baja
- Medicamentos o anestésicos generales, para calmar las convulsiones
Algunas veces, se baja la temperatura de una persona con hipoxia cerebral para reducir la actividad de las células cerebrales y disminuir su necesidad de oxígeno. Sin embargo, el beneficio de este tratamiento aún no se ha establecido de manera contundente.
Expectativas (pronóstico)
El pronóstico depende del grado de la lesión cerebral. Este se determina por el tiempo que el cerebro haya estado sin oxígeno y si también se afectó su nutrición.
Si el cerebro estuvo sin oxígeno únicamente por un breve período de tiempo, un coma puede ser reversible y la persona puede tener un restablecimiento completo o parcial de sus funciones. Algunas personas recuperan muchas funciones, pero tienen movimientos anormales, como fasciculaciones o espasmos, también llamados mioclónicos. Algunas veces se presentan convulsiones y pueden ser continuas (estado epiléptico).
La mayoría de las personas que tienen una recuperación completa solo estuvieron inconscientes por un breve período. Cuanto más tiempo permanezca una persona inconsciente, mayor será el riesgo de muerte o de muerte cerebral y menores las probabilidades de una recuperación.
Posibles complicaciones
Las complicaciones de la hipoxia cerebral pueden incluir un estado vegetativo prolongado. Esto significa que la persona puede tener funciones vitales básicas como la respiración, la presión arterial, el ciclo de sueño-vigilia y la capacidad de abrir los ojos, pero no está consciente ni responde a lo que la rodea. Estas personas generalmente mueren al cabo de un año, aunque algunas pueden sobrevivir por más tiempo.
La duración de la supervivencia depende en parte de qué tanto cuidado se tenga para prevenir otros problemas. Las complicaciones mayores pueden incluir:
- Úlceras de decúbito
- Coágulos en las venas (trombosis venosa profunda)
- Infecciones pulmonares (neumonía)
Cuándo contactar a un profesional médico
La hipoxia cerebral es una emergencia médica. Llame al 911 o al número local de emergencias inmediatamente si alguien está perdiendo el conocimiento o tiene otros síntomas de hipoxia cerebral.
Prevención
La prevención depende de la causa específica de la hipoxia. Lamentablemente, esta afección es en general inesperada, lo cual la hace algo difícil de prevenir.
La reanimación cardiopulmonar (RCP) puede ser de salvamento, en especial cuando se inicia de inmediato.
Nombres alternativos
Encefalopatía hipóxica; Encefalopatía anóxica
Referencias
Fugate JE, Wijdicks EFM. Anoxic-ischemic encephalopathy. In: Daroff RB, Jankovic J, Mazziotta JC, Pomeroy SL, eds. Bradley's Neurology in Clinical Practice. 7th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2016:chap 83.
Greer DM, Bernat JL. Coma, vegetative state, and brain death. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman-Cecil Medicine. 26th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 376.
Lumb AB, Thomas C. Hypoxia. In: Lumb AB, Thomas C, ed. Nunn and Lumb's Applied Respiratory Physiology. 9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 23.
Ultima revisión 7/26/2022
Versión en inglés revisada por: Evelyn O. Berman, MD, Assistant Professor of Neurology and Pediatrics at University of Rochester, Rochester, NY. Review provided by VeriMed Healthcare Network. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.