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Es cuando un niño menor de un año deja de respirar, presenta cambios en su tono muscular, puede ponerse pálido o de color azul, o está inconciente. El episodio ocurre repentinamente, dura menos de 30 a 60 segundos y es aterrador para la persona que cuida al niño.
Un EAL ocurre cuando no existe ninguna otra explicación para el episodio aún después de realizar una exhaustiva historia clínica y exámenes. Anteriormente se le llamaba episodio de posible amenaza de vida (ALTE, por sus siglas en inglés).
Causas
No está claro con qué frecuencia ocurren estos episodios.
Un EAL NO es lo mismo que el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Tampoco es lo mismo que "casi-muerte súbita del lactante" o "muerte abortada en la cuna", los cuales son términos que ya no se usan.
Los episodios que impliquen un cambio en la respiración, color, tono muscular o comportamiento del bebé pueden ser causados por una enfermedad subyacente. Pero estos episodios NO se pueden considerar como EAL. Algunas de las causas de estos episodios que no son EAL incluyen:
- Reflujo gastroesofágico después de comer
- Infecciones graves (como bronquiolitis, tos ferina)
- Defectos de nacimiento en cara, garganta o cuello
- Defectos de nacimiento del corazón o pulmones
- Reacciones alérgicas
- Enfermedades cerebrales, músculares o nerviosas
- Abuso infantil
- Ciertos trastornos genéticos poco comunes
Aproximadamente la mitad de las veces se encuentra la causa del episodio. La causa es raramente identificada en niños saludables que solamente presentan un episodio.
Los principales factores de riesgo para EAL incluyen:
- Un episodio anterior en el cual el niño dejó de respirar, se puso pálido o de color azul
- Problemas de alimentación
- Bronquitis o resfrios recientes
- Edad menor de 10 semanas
Otros factores de riesgo incluyen bajo peso al nacer, ser prematuro o estar expuesto al humo de segunda mano
Síntomas
Estos episodios ocurren con mayor frecuencia durante los primeros dos meses de vida y entre las 8:00 a.m. y 8:00 p.m.
Un EAL incluye uno o más de los siguientes síntomas:
- Cambios en la respiración, ya sea respirar sin ningún esfuerzo, dificultad para respirar o respiración disminuida
- Cambios en el color, con mayor frecuencia azul o pálido (muchos bebés se ponen rojos cuando lloran, por lo que no es un indicativo de EAL)
- Cambios en el tono muscular, a menudo están flácidos, pero se pueden poner rígidos
- Cambios en su estado de conciencia
La sensación de ahogo y las náuseas significan que había probabilidad de que sucedieran y no son un EAL. Son síntomas que se produjeron más probablemente por reflujo gastroesofágico.
Pruebas y exámenes
El proveedor de atención médica le pedirá que describa lo que sucedió durante el episodio. El proveedor también preguntará acerca de:
- Otros episodios como este en el pasado
- Otros problemas médicos que padezca
- Medicamentos, hierbas o vitaminas que el bebé pueda estar tomando
- Otros medicamentos que el niño pueda haber tomado en casa
- Complicaciones durante el embarazo, labor y parto o si fue prematuro
- Hermanos o niños que vivan en la misma casa que hayan presentado este tipo de episodio
- Consumo de alcohol o de dogras ilícitas en el hogar
- Reportes de abuso previos
Al decidir si son necesarias más pruebas, el proveedor debe considerar:
- El tipo de episodio que ocurrió
- Qué tan graves fueron los síntomas
- Qué pasó justo antes del episodio
- Otros problemas de salud existentes o que hayan sido descubiertos en el examen físico
Se realizará un exhaustivo examen físico, para revisar si hay:
- Señales de infecciones, traumatismo o abuso
- Bajo nivel de oxígeno en la sangre
- Ruidos cardíacos anormales
- Defectos de nacimiento en cara, garganta y cuello que interfieran con la respiración
- Cambios en la función cerebral
Si no se encuentra evidencia que sugiera un alto riesgo para EAL, a menudo no se necesitan exámenes de laboratorio o de diagnóstico por imágenes. Si durante la alimentación, el niño tiene náuseas o atragantamiento pero se recupera rápidamente, no será necesario realizar más exámenes.
Los factores que indican un alto riesgo de recurrencia o la presencia de una causa grave incluyen:
- Bebés menores de 2 meses
- Haber nacido a las 32 semanas de gestación o antes
- Más de 1 episodio
- Episodios que duran más de 1 minuto
- Necesidad de reanimación cardiopulmonar (RCP) realizada por un proveedor entrenado
- Señales de abuso infantil
Si los factores de riesgo están presentes, los examenes que se pueden hacer incluyen:
- Biometría hemática completa (BHC) en busca de infección o anemia.
- Estudio metabólico para verificar el funcionamento del hígado y los riñones. También se pueden encontrar niveles anormales de calcio, proteínas, azúcar en la sangre, magnesio, sodio y potasio.
- Exámenes de sangre y orina en busca de toxinas y drogas.
- Radiografías de tórax.
- Holter o ecocardiograma en busca de problemas en el corazón.
- Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) de la cabeza.
- Laringoscopia y broncoscopia.
- Pruebas para el corazón.
- Examen para tos ferina.
- Pruebas de sueño.
- Radiografías de los huesos en busca de traumatismos anteriores.
- Exámenes para trastornos genéticos.
Tratamiento
Probablemente el niño no necesite ser hospitalizado si el episodio fue breve, no presentó problemas en la respiración ni en el corazón y se resolvió por sí solo.
Las razones por las que el niño puede ser ingresado incluyen:
- El evento incluyó síntomas que indican una causa grave.
- Sospecha de descuido o traumatismo.
- Sospecha de envenenamiento.
- El niño no parece estar reaccionando bien.
- Necesita observación mientras es alimentado.
- Los padres parecen no poder cuidar bien al niño.
De ser ingresado en el hospital, se evaluará el corazón y la respiración del niño.
El proveedor puede recomendarle a usted y a cualquier cuidador del niño:
- Colocar al niño boca arriba mientras duerma o tome una siesta. La cara debe estar despejada.
- Evitar ropa de cama holgada. Se debe recostar al niño en la cuna sobre un colchón firme y bien ajustado sin ropa de cama que quede con bordes sueltos. Utilice una sábana ligera para cubrir al niño. No utilice almohadas, cubrecamas o colchas.
- Evitar exponer al niño al humo de segunda mano.
- Si está congestionado utilizar gotas de solución salina o una pera nasal.
- Aprender técnicas adecuadas para responder a cualquier episodio futuro. Esto incluye NO sacudir al niño. El proveedor le indicará como manejar el episodio
- No sobrealimentar al niño, sacarle el aire con frecuencia y mantener el niño en posición vertical después de comer.
- Consultar con el proveedor antes de engrosar la comida del bebé o darle medicinamentos para el refujo o la acidez.
Aunque es poco común, en algunas ocasiones se recomienda usar dispositivos de monitoreo caseros.
Expectativas (pronóstico)
Más a menudo, estos episodios son inofensivos y no representan un problema de salud grave, ni son mortales.
No es probable que EAL represente un riesgo de sufrir síndrome de muerte súbita (SMS). La mayoría de las victimas del SMS no presentan este tipo de episodios con anterioridad.
Un niño que presente los factores de riesgo de EAL, puede tener un alto riesgo de recurrencia o la presencia de una causa grave.
Cuándo contactar a un profesional medico
Contacte a el proveedor de inmediato si sospecha de abuso infantil. Las posibles señales de abuso incluyen:
- Envenenamiento o lesión en la cabeza que no son causadas por un accidente
- Moretones u otras señales de abuso
- Episodios recurrentes que ocurren siempre en presencia del mismo cuidador y no presenta ninguna enfermedad de fondo
Nombres alternativos
Evento aparentemente mortal; ALTE
Referencias
Marcdante KJ, Kliegman RM, Schuh AM. Control of breathing. In: Marcdante KJ, Kliegman RM, Schuh AM, eds. Nelson Essentials of Pediatrics. 9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2023:chap 134.
Tieder JS, Bonkowsky JL, Etzel RA, et al; Subcommittee on Apparent Life Threatening Events. Brief resolved unexplained events (formerly apparent life-threatening events) and evaluation of lower-risk infants. Pediatrics. 2016;137(5):e20160590. PMID: 27244835 pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27244835/.
Ultima revisión 7/26/2022
Versión en inglés revisada por: Evelyn O. Berman, MD, Assistant Professor of Neurology and Pediatrics at University of Rochester, Rochester, NY. Review provided by VeriMed Healthcare Network. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.