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Los padres pueden tener una gran influencia sobre si sus hijos fuman. Sus actitudes y opiniones sobre el tabaquismo ponen el ejemplo. Hable abiertamente acerca del hecho de que usted no aprueba que su hijo fume. Usted también puede ayudarles a pensar en formas de decir que no cuando alguien les ofrezca un cigarrillo.
Por qué comienzan a fumar los niños
La escuela secundaria marca el principio de muchos cambios sociales, físicos y emocionales. Los niños se vuelven más propensos a tomar malas decisiones con base en lo que hacen y dicen sus amigos.
La mayoría de los fumadores adultos habían fumado su primer cigarrillo al cumplir los 11 años de edad y ya eran adictos para cuando cumplieron los 14 años.
Existen leyes en contra de la publicidad de cigarrillos dirigida a niños. Desafortunadamente, esto no evita que los niños vean imágenes en anuncios y películas que hacen a los fumadores lucir atractivos. Los cupones, las muestras gratuitas y las promociones en los sitios web de las empresas tabacaleras hacen que sea más fácil para los niños conseguir cigarrillos.
Cómo hablar con su hijo sobre el tabaquismo
Comience temprano. Es buena idea comenzar a hablar con sus hijos sobre los peligros del cigarrillo cuando tengan 5 o 6 años de edad. Siga conversando del tema a medida que sus hijos crezcan.
Haga de esta una charla de dos vías. Deles a sus hijos la oportunidad de hablar abiertamente, especialmente conforme vayan creciendo. Pregúnteles si conocen a personas que fumen y qué opinan al respecto.
Manténgase involucrado. Los estudios muestran que los niños que sienten cercanía con sus padres son menos propensos a comenzar a fumar que los niños que no sienten tener una relación cercana con sus padres.
Deje en claro sus reglas y expectativas. Los niños que saben que sus padres están poniendo atención y no aprueban el tabaquismo son menos propensos a comenzar a fumar.
Hable sobre los riesgos del tabaco. Los niños podrían pensar que no tienen que preocuparse por cosas como el cáncer y las enfermedades del corazón hasta que sean mayores. Hágales saber a sus hijos que fumar puede afectar su salud de inmediato. También puede afectar otras áreas de sus vidas. Explique estos riesgos:
- Problemas respiratorios. Para el último año de la escuela secundaria, los muchachos que fuman son más propensos a quedarse sin aire, tener ataques de tos, sibilancias y enfermarse más a menudo que los muchachos que nunca han fumado. Fumar también hace que los jóvenes sean más propensos a presentar asma.
- Adicción. Explique que los cigarrillos son fabricados para ser tan adictivos como sea posible. Dígales a los niños que tendrán muchos problemas para dejar el cigarrillo si comienzan a fumar.
- Dinero. Los cigarrillos son costosos. Pídale a su hijo que calcule cuánto le costaría comprar una cajetilla de cigarrillos al día por 6 meses, y que piense en lo que podría comprar con ese dinero.
- Olor. Mucho tiempo después de que el cigarrillo se termina, el olor permanece en el aliento, el cabello y la ropa del fumador. Debido a que están acostumbrados al olor de los cigarrillos, los fumadores pueden apestar a humo y ni siquiera darse cuenta.
Conozca a los amigos de sus hijos. Conforme los niños crecen, sus amigos tienen una mayor influencia en sus decisiones. El riesgo de que sus hijos fumen aumenta si sus amigos fuman.
Cómo prevenir fumadores futuros
Hable sobre cómo la industria tabacalera intenta aprovecharse de los niños. Las empresas tabacaleras gastan millones de dólares cada año para intentar hacer que la gente fume. Pregúnteles a sus hijos si desean apoyar a compañías que fabrican productos que enferman a la gente.
Ayúdele a su hijo a practicar el decir que no. Si un amigo le ofrece un cigarrillo a su hijo, ¿qué dirá? Sugiera respuestas como:
- "No quiero oler como un cenicero."
- "No quiero que las empresas tabacaleras ganen dinero a costa mía."
- "No quiero quedarme sin aire en el entrenamiento de fútbol."
Involucre a su hijo en actividades que no estén relacionadas con el tabaquismo. Jugar deportes, tomar clases de baile o estar involucrados en grupos en la escuela o la iglesia puede ayudar a reducir el riesgo de que su hijo comience a fumar.
Sea inteligente cuando se trate de las alternativas "libres del humo del cigarrillo". Algunos niños han optado por productos de tabaco sin humo o cigarrillos electrónicos. Es posible que piensen que estas son formas de evadir los peligros del cigarrillo, y aun así recibir su dosis de nicotina. Explíqueles que esto no es cierto.
- Los productos de tabaco sin humo ("tabaco masticable") son adictivos y tienen casi 30 químicos que provocan cáncer. Los jóvenes que mastican tabaco están en riesgo de presentar esta enfermedad.
- Los cigarrillos electrónicos, también conocidos como vapeo y pipas de agua electrónicas, aparecieron recientemente en el mercado. Estos productos vienen en sabores como goma de mascar y piña colada para atraer a los niños.
- Muchos cigarrillos electrónicos contienen nicotina. A los expertos les preocupa que los cigarrillos electrónicos incrementen la cantidad de niños que se vuelven adictos y que fumarán cigarrillos cuando sean adultos.
Cuándo llamar al médico
Si su hijo fuma y necesita ayuda para dejar el cigarrillo, hable con su proveedor de atención médica.
Nombres alternativos
Nicotina - hablar con su hijo; Tabaco - hablar con sus hijos; Cigarrillos - hablar con su hijo
Referencias
American Lung Association website. Tips for talking to kids about smoking. www.lung.org/quit-smoking/helping-teens-quit/tips-for-talking-to-kids. Updated November 17, 2022. Accessed November 24, 2022.
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Smokefree.gov website. What we know about electronic cigarettes. smokefree.gov/quit-smoking/ecigs-menthol-dip/ecigs. Accessed November 24, 2022.
US Food & Drug Administration website. FDA's youth tobacco prevention plan. www.fda.gov/tobacco-products/youth-and-tobacco/fdas-youth-tobacco-prevention-plan. Updated September 14, 2020. Accessed November 24, 2022.
Ultima revisión 8/11/2022
Versión en inglés revisada por: Linda J. Vorvick, MD, Clinical Professor, Department of Family Medicine, UW Medicine, School of Medicine, University of Washington, Seattle, WA. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.